domingo, 3 de marzo de 2019

El cambio a aula unitaria

Este curso comenzó con una sensación de vértigo: de ser una escuela con dos aulas, pasó a ser "unitaria": todo el alumnado desde infantil hasta 6º aprenderían juntos en el mismo aula. Un reto espectacular para Eva y el profesorado de apoyo al aula que se estableció desde el equipo directivo.

Acudimos a la reunión general de principio de curso con cierto temor, no nos vamos a engañar. ¿Cómo podría Eva responder a las necesidades de edades tan diversas? Salimos de la reunión tranquilos y con mucha energía:
- La maestra desglosó el currículo de primaria por cursos y asignaturas, las familias pudimos comprobar la cantidad de contenidos que se repiten curso tras curso y que ella podría unificar en propuestas comunes, adaptadas a cada edad. (La Lomce, así desglosada, es bien absurda).
- Se realizarían desdobles dividiendo en dos grupos al alumnado de primaria.
- Se establecieron proyectos comunes, rincones de trabajo en los que Todos podrían participar: la noticia de la semana, "conferencias" sobre el cuerpo humano, exposiciones orales sobre cuadros de Van Gogh...Y para rizar el rizo, el trabajo grupal en ocasiones se hace con alumnado de diferentes edades, aprendiendo los pequeños de los mayores, y también viceversa, pues los mayores realizan el esfuerzo de tener que explicar a las compañeras de los cursos inferiores, facilitando que lo asimilen.

No ha cambiado la motivación por aprender, ni el asombro, ni las ganas de saber más en mis hijos, desde que son escuela unitaria. Sí sienten la exigencia que acompaña el ir haciéndose mayores, la responsabilidad de las tareas que llevan a casa, pinceladas de esfuerzo que no les impide disfrutar de la tarde. Sigue, como en años anteriores, pasando el aprendizaje por el corazón.