miércoles, 15 de noviembre de 2017

Del trabajo por proyectos al libro de texto: El escalón a tercero de primaria...

... o más bien, los 20 escalones que separan las aulas de abajo de la clase de arriba, la de los mayores. Es un aula abuhardillada con vistas a las montañas, un aula en la que apetece cogerse un libro y una mantita y leer y leer y leer... Pero no, es "la clase de arriba", la de "ya te enterarás cuando subas, que aqui ya hay que estudiar mucho".
Iván ha subido esos 20 escalones con sentimientos contradictorios, no es un chaval de respuestas tajantes, siempre ve pros y contras. Su respuesta era clara en junio "tengo ganas de pasar a la clase de los mayores, pero echaré de menos los rincones. ¡Y encima este curso tienen una mesa de luz!".
La organización del cole multinivel implica que los alumnos de 1º y 2º de primaria siguen beneficiándose del trabajo por rincones que en otros centros está pensado solo para infantil. Había rincones temáticos elegidos por ellos (el curso pasado una cueva con tesoros), rincón de juego heurístico para los de 3 años, informática, juegos matemáticos, juegos con palabras e historias... Y este curso, en tercero, eso cambia.
Reconozco que pasar de trabajar por proyectos a usar libros de texto despertaba mis prejuicios más rancios. Pasar de trabajar los contenidos desde los intereses del alumnado a verlos escritos en el índice de un libro de texto hace que esos mismos contenidos parezcan desordenados en el libro. Estudiar, por ejemplo, la geografía desde el entorno cercano de los niños y niñas y ampliar la imagen como un zoom tiene para mi más sentido que un índice con el mapa del mundo estructurado por continentes y hábitats, y capitales y animales por un lado, y plantas por otro...
Sin embargo... ¡Ay el olor de los libros de texto en septiembre! La ilusión de Iván por sus nuevos libros se veía en sus ojos grandes llenos de curiosidad. Y yo no se la iba a quitar con mis prejuicios rancios.
Porque conocer a la nueva maestra (Ana) y su forma de enseñar me hizo romper los esquemas y ampliar la mirada como ese zoom que reivindico. Yo no sabía que los libros de texto se pueden emplear como simples libros de consulta, porque el aprendizaje puede ocurrir en otros espacios: investigando en la biblioteca, en internet, en ese mismo libro. Empleando las nuevas tecnologías para aprender a organizar los contenidos, y de paso desarrollar estrategias para el futuro estudio.
Llegaron deberes nuevos que comenzaban por "Investiga...". Al principio todas las posibilidades de internet le abrumaban, descubrió que la wikipedia no sirve de tanto, que hay que seleccionar... Iván comenzó a apuntar en la agenda los deberes, a olvidarse libros en el cole, a olvidarse de mirar la agenda... Requirió un esfuerzo y reorganización por su parte y un acompañamiento por parte de su familia en la que dudas de si intervenir mucho o no llegar. Optamos por ponernos detrás, en un segundo plano, sin agobiar. Al fin y al cabo ya es mayor.
Llegaron los exámenes apuntados en la agenda. Y también la aclaración de que la nota del exámen no es la nota definitiva. Ana  les conoce de sobra y podría evaluarles casi sin exámenes. Pero hay que ser realistas y prepararles para los exámenes que relizarán en el futuro, a lo largo de todos sus años de estudios.
No han desaparecido los proyectos. Los hay comunes de todo el CRA como elegir un cuadro del Museo Reina Sofía para describirlo ante los demás compañeros cuando lo visiten. O el proyecto de Robótica. Y los ojos de Iván siguen brillando como desde que entró en esta escuela, llenos de curiosidad por los retos que le ilusionan.
Así que de nuevo la escuela de Garganta me sorprende y nos acompaña en el hacerse mayores nuestros hijos y poder exigirles cada vez, un poquito más.

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